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Carissa Aurelia

Carissa es un impresionante yacimiento romano que, sin embargo, tiene mucho aún por descubrir.

En él puedes ver hipogeos, necrópolis, columbarios...

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El paso de esta civilización ibérica a la romana lo podemos observar en la zona de Bornos a través de las ruinas de Carissa Aurelia, situadas a unos 3 Km al Oeste de Bornos. En primer lugar, gracias al descubrimiento de unos leones tallados en piedra, podemos conocer que allí existió un importante centro de población ibérica. Al parecer, este tipo de escultura iba colocado en monumentos funerarios, cumpliendo una función simbólica de defensa del difunto, lo cual es una costumbre de origen oriental. Junto a estas suntuosas imágenes, costeadas por una clase social dirigente y poderosa, aparecen figurillas de pequeño tamaño, posiblemente exvotos depositados en tumbas de una clase social inferior. También encontramos restos de cerámica realizada a torno y decorada con bandas horizontales. Todos estos restos nos hacen pensar en un nivel de vida avanzado, con una sociedad de gran prosperidad económica, basada en la agricultura, ganadería y comercio.


Posteriormente, la influencia romana se va extendiendo y con el paso de los años, Carissa se convirtió en una importante ciudad romana. Según Plinio sabemos que Carissa tuvo, dentro del sistema administrativo romano, la categoría de Municipio, lo que quiere decir que se respetó su organización administrativa y jurídica tradicional, aunque con dependencia del Gobernador de la Bética. Más tarde, durante el gobierno de Vespasiano, se extendió el derecho de ciudadanía por todo este territorio, dejando Carissa de ser Municipio para convertirse en "Cives romani" lo cual le daba el privilegio de acuñar moneda. En Carissa se han encontrado numerosos restos arqueológicos y escultóricos de esta época romana, aunque la mayoría se hallan en colecciones particulares, entre los que destacan: fragmentos de inscripciones; una esculturilla de bronce representando una Venus desnuda; dos esculturas femeninas de mármol que representan ninfas acuáticas; un busto de la diosa Ceres con restos de policromía; una cabeza femenina, actualmente expuesta en la Casa Consistorial; abundantes monedas y restos de cerámicas.


La última etapa de Carissa corresponde a la decadencia del poder imperial romano, que trae como consecuencia la entrada de los invasores bárbaros y el establecimiento y permanencia visigoda hasta la llegada de los árabes. De este momento se han encontrado algunos restos arqueológicos, entre los que destaca una lápida que hace referencia a las reliquias de diversos santos y que, en la actualidad, se encuentra empotrada en la fachada de la Iglesia Parroquial.